martes, 1 de mayo de 2012

El es vida, y sin El no podemos vivir


La semana pasada en el grupo que comparto, se habló de la vid y los pampanos. De como no podemos vivir ni dar fruto separados de la vid. 
Me ha llevado a meditar mucho en ello. Nos olvidamos que sin El, no podemos dar fruto. 
Si no hay vida en nosotros, no podemos guiar a nadie a la vida ni a la verdad. 
Cuantos seguidores de Cristo encontramos hoy que creen seguir la verdad y vivir en la verdad, pero separados de la vid.  Esto quiere decir, separados del negarse, tomar la cruz y seguirle cada día. Morir cada día a la carne y decidir vivir en el espíritu. Quizás no cuesta escribirlo o decirlo, pero vivirlo es otra cosa, es difícil y es allí donde nos lleva a reconocer y recordar que sin El no podemos.
Cristo fue claro al decir que el que no permanece en El, ni en su palabra, no puede llevar fruto.
Muchos lideres se esfuerzan por llevar frutos, se dedican a ello. Copian estrategias y hasta muchas veces modos o dichos de otros. Creyendo que de esta forma podrán obtener verdaderos frutos.


La palabra es clara, solo se obtienen frutos y verdaderos en El.


Ayudanos Padre a poder vivir en la vid y permanecer en ella siempre.

Juan 15:4 - 7
1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve  más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. 9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.



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